Locas en la Feria de Albacete
En noviembre del año pasado os hablé de Locas, una obra de teatro escrita y dirigida por un albaceteño con muchísimo talento que se llama José Pascual Abellán. Y ayer, por fin, pude ir a verla.
Fue en la Posada del Rosario, como parte del programa de la Feria de Albacete. En un salón de actos montado en un patio porticado, al aire libre. Con un cielo muy sereno sobre nuestras cabezas que, a pesar del derroche lumínico de la Feria, dejaba adivinar alguna que otra estrella.
La entrada completa desde varios días antes, tanto para la función de ayer como para la de hoy. No en vano, y a pesar de que las representaciones de la Posada no tienen la publicidad que tienen las del Teatro Circo, la compañía se lo había currado en las redes sociales.
Con un escenario mínimo, las actrices (Maribel Jara y Ángeles González Cuerda) nos retratan una realidad dura, pero vestida de una cotidianeidad apabullante. La locura vive en cada uno de nosotros, y cruzar la estrecha línea es casi un azar. La locura como parte del día a día, con todo el drama que eso acarrea.
Me gustó la habilidad del diálogo para mostrarnos los "decorados no explícitos" de la obra. Y es que, a pesar de la austeridad de la escena, uno ve perfectamente los lugares en donde transcurre la vida de las protagonistas; la casa de Martirio, la Sala de Juntas de Gregoria. Se entreven los decorados de sus vidas a través de sus palabras.
En resumen, la representación que vimos ayer, es una obra íntima, de las que te dejan un nudo en el estómago y te hacen replantearte el orden de las cosas. Pero sin renunciar a los contrastes, a los golpes de humor que te sacan de repente de la tensión de la trama, y que te dejan el cuerpo con un cóctel de sensaciones contradictorias.
Como la propia vida.
Si a alguien le apetece ir a verla, este otoño seguirán representando en Madrid. Os la recomiendo.
Fue en la Posada del Rosario, como parte del programa de la Feria de Albacete. En un salón de actos montado en un patio porticado, al aire libre. Con un cielo muy sereno sobre nuestras cabezas que, a pesar del derroche lumínico de la Feria, dejaba adivinar alguna que otra estrella.
La entrada completa desde varios días antes, tanto para la función de ayer como para la de hoy. No en vano, y a pesar de que las representaciones de la Posada no tienen la publicidad que tienen las del Teatro Circo, la compañía se lo había currado en las redes sociales.
Con un escenario mínimo, las actrices (Maribel Jara y Ángeles González Cuerda) nos retratan una realidad dura, pero vestida de una cotidianeidad apabullante. La locura vive en cada uno de nosotros, y cruzar la estrecha línea es casi un azar. La locura como parte del día a día, con todo el drama que eso acarrea.
Me gustó la habilidad del diálogo para mostrarnos los "decorados no explícitos" de la obra. Y es que, a pesar de la austeridad de la escena, uno ve perfectamente los lugares en donde transcurre la vida de las protagonistas; la casa de Martirio, la Sala de Juntas de Gregoria. Se entreven los decorados de sus vidas a través de sus palabras.
En resumen, la representación que vimos ayer, es una obra íntima, de las que te dejan un nudo en el estómago y te hacen replantearte el orden de las cosas. Pero sin renunciar a los contrastes, a los golpes de humor que te sacan de repente de la tensión de la trama, y que te dejan el cuerpo con un cóctel de sensaciones contradictorias.
Como la propia vida.
Si a alguien le apetece ir a verla, este otoño seguirán representando en Madrid. Os la recomiendo.
Me la apunto pero todavia tengo que pedirle las vacaciones a mi jefe y despues de esta baja, no se si tendre problemas con ello...
ResponderEliminarUn supersaludo