INCERTIDUMBRE
Dichosa palabrita, parece que se haya puesto de moda…
Y lo cierto es que últimamente tengo la sensación de andar todo el día en mitad de una niebla de incertidumbre.
Cambios, demasiados cambios, que hacen que cada mañana tenga que volver a preguntarme quien soy en realidad, si sigo siendo la misma que era ayer, o si en algún momento he sabido quien era.
Todo cambia, como un torbellino. A velocidades que cuesta digerir, y sin tiempo de réplica.
Y lo peor de tantos cambios es la parálisis.
El miedo a cometer errores, la desorientación… a veces me dan ganas de agarrarme a la silla porque pienso que en cualquier momento va a salir volando. Lo segundo peor es saber de antemano que los cambios seguirán adelante, al menos por unos meses más…
No tener certeza de nada.
Y el vértigo que ella implica…
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